Una Semana Distinta (Continuación)...

...Conforme avanzaron los días, muchas cosas de las que se comentaron dentro de El Retiro de Evangelización hicieron eco y me sacudieron por dentro.

La verdad fue una semana muy intensa, de la que me encantaría compartirles todo lo que escuché y viví durante los días que pude estar ahí...

Para empezar: Me quedó con la sensación de sentir el corazón tan lleno (que así le digo yo cuando algo me emociona muchísimo y me hace sentir muy bien).

Con el estado de ánimo que propició que una de las noches, al salir de la iglesia e ir manejando de regreso a mi casa, "se me ocurriera" comenzar a platicar en voz alta todo lo que estaba viviendo en esos días (tal y como si la persona a la cual yo quería compartirle lo que había aprendido ese día, viajara en ese momento conmigo, sentada en el asiento de al lado), y fue una experiencia padrísima porque el camino de regreso se me hizo muy corto (no me alcanzó para expresarle todo lo que yo quería contarle), y porque por primera vez en mucho tiempo no me sentí sola.

Me encantaría compartirles que otra de las noches hubo una dinámica muy bonita, en la que tenías que imaginar que estabas en una playa conversando con Jesús.

La sola idea me puso la carnita de gallina, pero el ejercicio tenía un objetivo muy concreto y desde esa playa, Jesús iba trayéndo una a una a las personas más cercanas en tu vida (viva o muerta), para que le dijeras lo que sentías, como una especie de segunda oportunidad para arreglar las cosas y dar borrón y cuenta nueva.

Fue evidente que esa dinámica tuvo como objetivo principal "El Perdón", y no obstante que a mi me sirvió para darme cuenta que no tengo ninguna bronca o rencor contra mis padres, sentí muchas ganas de llorar de alegría, porque justo ahí, me cayó el veinte de que soy una mujer muy afortunada por haber crecido y tener todavía una familia como la que tengo.

Pensé mucho en mis amigas, en alguien a quien todavía amo y extraño, en mi trabajo que tanto me gusta y pues hasta ese momento yo me había estado haciendo "la fuerte", no quería llorar... Pero era tanta la energía, era tanto lo que se sentía que no podía contener en mi interior, que cuando al terminar el ejercicio mi amiga Diana abandonó su lugar dentro del coro, para ir a mi encuentro y abrazarme, ahí ya no pude más, yo también la abracé y no sólo para agradecer el que valoro tanto el que ella siga presente en mi vida, sino que compartí a la distancia esa expresión tan sincera de cariño con todas las personas que quiero, y abrazarla a ella fue como abrazarlos a todos ellos también.

Me encantaría poder expresar con precisión lo que sentí en ese momento, creo que nunca en toda mi vida había recibido tantos abrazos tan sinceros en una misma noche, muchos de ellos de gente que ni siquiera conocía.

En ese momento pensé también en algo que nos dijeron durante los primeros días del retiro, relacionado con la idea de que cuando Dios se va a hacer presente en tu vida o te va a dar un regalo, previo a eso, te prepara... Ya sea poniendo elementos, personas; a través de cosas o detalles en tu vida, para que no te sorprenda recibir todo de "trancazo", y en ese instante vino a mi mente la persona con la cual iba "platicando" la noche que volví a casa hablando sola en voz alta adentro del auto.

La mañana siguiente, todavía con el "corazón lleno" y sin saber cómo hacerle para "compartir" con mi familia todo lo que había vivido sin que ellos pensaran que me había vuelto una fanática religiosa, el cielo nos regaló un fin de semana con nieve.

Mi carro estuvo descompuesto los últimos 4 días previos al cierre del retiro y por esa razón ya no pude estar presente en la clausura (no se imaginan cuanto me pudo eso); pero con lo poquito o mucho que "El Alto Mando" me dio en esa semana, fue suficiente para prender una "lucecita" en mi interior que llevaba mucho tiempo en completa oscuridad.

Quiero decir que yo también coincido con los comentarios de varios de mis amigos bloggers y demás gente que me lee, en los que ellos expresan que mucha gente se decepciona y pierde la fe al ver que la iglesia católica deja mucho que desear como sistema.

Después de haber "vivido" este retiro de evangelización no quiero decir que me volví una "aleluya" que se da golpes de pecho y no sale de la iglesia, pero afuera lleva vida de diablo en pleno infierno.

Lo único que puedo decir al respecto, es que creo que mi reto personal es ese, tratar de mantener encendida esa "llamita" y no dejar que los aspectos de la iglesia y la religión con los cuales estoy en desacuerdo, provoquen un "corto circuito" que apague para siempre mi espiritualidad y mi fe.

Durante el retiro, manejaron mucho la analogía relacionada con la idea de que Dios ha permanecido muchísimo tiempo a la interperie, tocando una puerta que sólo se abre por dentro y que da acceso a que Él pueda entrar de lleno en el corazón y en la vida de cada uno de nosotros.

Desde siempre me ha encantado imaginarme a Dios como un personaje totalmente diferente a lo que vemos siempre. Hubo una noche hace varios años atrás en que lo soñé como un chavo sencillo que vestía jeans, zapatos de goma y camisa a cuadros...

Hoy, después de tanto tiempo en que Él ha estado insistiendo para que yo le abra, eso es lo único que yo quiero: que entre a mi vida y se quede conmigo para siempre y que sea no el ser supremo que aparece en las imágenes y crucifijos, el Dios omnipotente que tiene templos y lugares de culto a donde van personas de todas las nacionalidades y credos...

Simplemente quiero sentirlo presente en cada momento de mi vida, que de verdad sea el que me acompañe en el asiento de al lado y me haga sentir que no estoy sola cuando le voy hablando en el interior del auto, el que haga sentir mi "corazón lleno" de bendiciones -aún en los momentos difíciles-, que al igual que el chavo de la foto, se convierta en un personaje menos celestial y más cotidiano para que se quede siempre junto a mi.

Dianiuks: Gracias friend por invitarme a compartir contigo esa experiencia.

Comentarios

Anónimo dijo…
Me conmueve leer tu post,de verdad que se percibe mucha paz en cada palabra, hoy precisamente me cuestionaba el si estará bien que le de prioridad a lo que hace la gente (de ir a la iglesia y ser casi santos ahi dentro pero al salir se transforman en seres que de plano dices ajijos!) o realmente deberia centrarme en lo que si debe ser prioridad: Dios... y hacer caso omiso de como actúan los demas porque el compromiso debe ser entre cada uno y él (Dios), y ve... me toca leer tu post que habla al respecto, curioso no?

Un abrazo Martha :)
Mr. Magoo... dijo…
Que padre experiencia has vivido, y mira, lo entiendo porque yo vivi esto de muy joven, ah pero ahora en retrospectiva me doy cuenta cuanto mas me faltaba vivir para entender muchas cosas. "Tan cerca, tan lejos", como insisto con esta frase verdad? es que yo he estado en momentos tan extremos, pero bueno, ahora entiendo muchas cosas, y creo que esta es mi mision. Comparto contigo eso de la iglesia, la religion, y lo que en algunos puede dejar, como decepcion, pero eso no deberia de mermar nuestra fe.
Me gusta mucho tu analogia de ver a Dios como una persona comun, de la vida diaria, y mira, eso es lo que Jesus vino a enseniarnos, si lo ves desde esa perspectiva, asi era su predicacion, pero creo que la iglesia y todos nosotros nos hemos fijado de mas en la ceremonia y no en el mensaje en si (siempre he dicho que Jesus era rojillo jejeje) pero hoy en dia es lo mismo; Dios esta en el que limpia los vidrios, en el viejito de la esquina pidiendo pero sabes tambien donde? aunque no se crea, en el malo, en el asesino, en aquel que su vida es un desastre, ahi esta la tarea, ahi esta el reto, pero bueno, ya me fui de largo.

Un abrazo Martha, de verdad me da mucho gusto que compartas tal cual esta experiencia, ya la podremos platicar un dia de estos ok?

Saludos.

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