Para Soraya


Soraya:

Te escribo, pero sé que no es lo mismo, pues tú extrañas tanto sus letras como yo. 

Así, mientras la pluma se desliza encima de la hoja pienso, en que existen personas con la capacidad de tocarte el alma con las cosas que crean o con las que dan vida a un trozo de papel. 

Cuando tú estabas aquí, bastaba escuchar un sólo acorde de tu guitarra, o ver tu sonrisa reflejada en el cristal de una pantalla para transformar por completo un simple día gris. 

A muchos nos acompañaste siempre en el camino de regreso a casa, a otros en las noches de insomnio o de largas horas estudiando para un examen final… Para alguien quizá fuiste y sigues siendo la mejor compañía durante un viaje, o también el suspiro traducido en melodía de quien se enamoró perdidamente, o de quien perdió a quien más quería y con tu música describiste a la perfección lo que con palabras no se logra expresar. 

Yo no sé cómo hacer eso, pues solamente puedo escribir cartas, por eso hay madrugadas en que te he preguntado tanto, porque me gustaría saber cómo dibujar en un corazón triste una sonrisa. No sé porque pienso que a veces el silencio es tu mejor respuesta. 

Probablemente si estuvieras aquí, con una simple mirada me dirías que existen cosas que no está en nuestras manos resolver. Me imagino que a ti te pasó, y tanto de eso quedó en tus canciones, en esas letras que ahora nos reconfortan a muchos y nos ayudan a sentirte un poco más cerca en los días en que es difícil no poder dejar de extrañarte tanto.

Mis letras no son tan buenas… Pero sabes que siempre he sido una persona honesta y mi misión aquí ha sido desde hace tiempo contar historias… Por eso hoy, en la antesala de los sueños si pudiera pedir algo, sería simplemente que vinieras tan sólo por un instante, para que me explicaras cómo puedo hacer para escribir una carta que sin importar cómo y cuando alguien la encuentre, sirva, para que sin habernos visto nunca a los ojos, encuentre un abrazo cálido y tierno (si lo necesita); las palabras precisas que pueden hacerte sentir que a alguien le importas (¡Y mucho!), o simplemente una hoja plasmada con una historia que regale un poco de magia y propicie que quien la lea se olvide aunque sea por un instante de todo lo que le preocupa o hace que le duela el corazón. 

Mientras aprendo, intento cada día seguir tu ejemplo (a pesar de que no tenga ni la cuarta parte de tu talento, y sobre todo de tu fortaleza espiritual)… Quizá esta carta no la encontrará alguien por “casualidad” abandonada en la banca de un parque, en el buzón o al pie de su puerta junto a las facturas de servicios, tampoco la encontrarán en un libro prestado o resguardada en la tapa de algún tomo olvidado de alguna colección en el interior de una biblioteca solitaria, pero en esta noche si será parte de una oración para que independientemente de a quien llegue y más lo necesite en este instante de su vida, las cosas el día de mañana se resuelvan y le vayan mucho mejor. 

¿Me ayudas con eso? Gracias por estar ahí siempre. 
¡Buenas noches Soraya! 

-Martha-

Comentarios

Yo te lo había puesto en el face que me llegó mucho esto. Le estás escribiendo a Soraya y a la vez ayudando a alguien más, no sólo a mí, seguro estas palabras toquen el corazón de un ser que necesite trocitos de paz, fe y esperanza.

Mil gracias!

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