El Viaje al País de Los Sueños (Parte I).


Cada noche, cuando cierras tus ojos a la realidad para abrirlos en el mundo imaginario, todo es posible.

Una vez que cruzas la frontera y llegas en un barco de papel hasta "El País de Los Sueños", cualquier cosa que imagine tu mente o albergue tu corazón, puede volverse realidad.

En una ocasión de camino hacia allí a mi se me concedió volverme "invisible". Yo ni siquiera lo pedí, ni tampoco me había percatado de ello, hasta que mirando por la proa del barco, el hermoso amanecer en ese mundo imaginario, descubrí justo que mis manos no eran perceptibles sobre el borde de madera barnizada que rodeaba toda la orilla de aquella embarcación.

Supongo que esa madrugada, mientras mi "disfraz de humano" se quedo abrigado y durmiendo, durante ese viaje -y por alguna razón- se cumplió uno de los deseos más imposibles y llenos de magia que tuve durante mi infancia. 

...Pero bueno... Eso era lo de menos, el caso es que yo era alguien completamente inmaterial o transparente (como quieras llamarlo), y al final de la travesía, como siempre fue maravilloso ver como todas las personas van llegando cada madrugada hasta ahí, cuando se hace de noche en el mundo real.

A mi me gusta llegar siempre en ese barco. Porque si te vas a dormir temprano, desde que te embarcas y atraviesas el océano de la fantasía, puedes ver como algunas personas llegan hasta allí volando... Algunas con alas de colores (como si fueran aves), otras así tal cual son en el mundo real... Pero a los que a mi me gusta más ver, es a todos aquellos que se inventan artefactos y las ideas más locas para realizar el viaje y atravesar el cielo...


Cada madrugada hay desde autos antiguos sin llantas que cruzan la distancia, tapetes voladores (para los más tradicionalistas y que de niños leyeron muchos cuentos), cohetes que franquean la distancia en un suspiro, personas que viajan montadas sobre unicornios o encima de enormes estrellas fugaces que pintan el cielo, tal como si fuera un hermoso lienzo de colores brillantes, que surgen de la estela de luz que cada uno de ellos deja a su paso.

Tú nunca has viajado conmigo. Sé que has estado ahí y tal vez en este instante ni siquiera lo recuerdes... Pero sé que sin necesidad de que cierres los ojos, mientras lees esto de seguro podrás imaginarlo.

Creo que eso es lo más hermoso de seguir siendo niño, aunque "allá afuera" estés metido ya en un disfraz de "grande", el mejor momento en El País de Los Sueños es sin duda alguna el amanecer; porque además de poder presenciar todo ese espectáculo en el cielo y que parece darle al sol la bienvenida; desde antes de llegar puedes ver a un montón de ángeles recolectando en la orilla de la playa todos los mensajes y deseos embotellados que de "nuestro mundo", salen en forma de oración, pero al atravesar la frontera entre lo real y lo imaginario se materializan así.


Siempre he querido quedarme ahí un poco más al llegar, pero además de que como ser humano tienes poco tiempo, creo que no está permitido conocer el contenido resguardado entre esas paredes de cristal.

Lo único que te puedo decir es que yo he visto que no todas las personas escriben sus deseos sobre pergaminos de papel, pues hay botellas con corchos que resguardan cosas que se ven tan brillantes como polvos mágicos, algunas otras como una pócima llena de vapor de un color hermoso y que no puedes describir (porque en la clasificación normal de colores es un tono que ni siquiera existe); otras se ven en forma de notas musicales apiladas como si fueran sopa de letras (pero que al agitarlas se acomodan en acordes y emiten hermosos sonidos).

Hay veces en que la playa de El País de Los Sueños está repleta de sueños y deseos que se volvieron viejos y pareciera que a los ángeles se les pasó recogerlos y se quedaron ahí para siempre olvidados... 

Te sorprendería caminar por esa playa antes del amanecer viendo a esos seres de luz realizar su trabajo y darte cuenta que quizá algo que tu deseaste hace mucho tiempo atrás (y ya ni siquiera recuerdas) sigue varado ahí.


Yo no sé decirte porque razón pasa eso... Sólo sé que en ese lugar todo es sincronía y simplicidad, pero el paso del tiempo no transcurre allí igual que para nosotros.

Es poco el lapso en que permaneces en ese sitio, (porque una vez que llegas tu propio corazón te hace viajar hacia otros lados); pero recuerdo que una vez; uno de esos ángeles recolectores de sueños y oraciones, mientras observaba a contraluz el contenido de una de esas botellas le dijo a uno de sus compañeros que como Dios es eterno, (una vez que tiene todas esas botellas con Él), se toma su tiempo y con todo el cuidado y la paciencia del mundo las abre para ver su contenido.

Por eso dicen que "los tiempos de Dios son perfectos" porque lo que para Él, en el mundo imaginario puede ser una hora, un instante o sólo un día, al cruzar el meridiano de la realidad, en nuestro mundo se transforma en años, meses o toda una eternidad...

En ese lapso de tiempo y en ese mismo barco, un día yo me encontré a Minotauro... Como los pensamientos de las personas a veces también son perceptibles, me di cuenta que en ese amanecer del mundo imaginario, él iba de camino a la casa de su mejor amigo "Josh" (Dios)...

Tal como Minotauro lo ha contado en sus historias, Josh vive en una cabaña apartada en medio de un gran bosque, y como simple ser humano no pude aguantar la curiosidad y entonces lo seguí...

Esa madrugada, además del paísaje, siendo invisible viví la aventura más maravillosa que pudiera yo a ti contarte, pero tal y como lo dije, como el tiempo no transcurre de la misma forma entre el mundo real y el imaginario, los minutos se agotaron por ahora y debo esperar una madrugada más para poder volver y describir aquí con letras todo lo que con los ojos abiertos al mundo de los sueños vi...

Continuará...

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