Con Ganas de Echar Raíces...



1:40 am... Escribo después de tanto tiempo de no hacerlo, y las letras que toman forma en este espacio de la madrugada, no son más que el reflejo de los pensamientos que durante los instantes en silencio, a solas conmigo misma, me acompañan.

Hace apenas un par de días, en esas charlas sin hablar que tengo con Dios mientras viajo en la moto de camino al trabajo, o en esos lapsos en los que despierto a las 4:30 de la madrugada y luego ya no me puedo dormir, pensaba en que a veces me dan ganas de escribirle a Dios una carta con las cosas que deseo o que más me gustaría que pasaran.

Más allá de si las cosas que sueño son lo correcto o idóneo para mi vida, todo se resume a una sola cosa: el amor.

Tengo muchas ganas de tener alguien a mi lado y que se quede. He conocido ya lo que es el amor de pareja, pero llevo años deseando encontrar un cómplice perfecto. Alguien que me ame con todo y mis defectos y que comparta un proyecto de vida junto a mi.

Ha sido muy dificil para mi consolidar ese aspecto de mi vida. Sé que no es algo fácil, pero lo he buscado por tanto tiempo, y hay noches en que me voy a dormir soñando con que alguien especial me espera o que voy a su trabajo con una invitación especial para cambiar su día, o que esa persona me llama por teléfono y me apresura para que vuelva al final del día, no sólo porque me extraña; sino porque me tiene una sorpresa: un libro nuevo para empezar a leer y compartir mientras nos abrazamos antes de dormir.

Tengo tanta hambre de ese tipo de cosas. De cuidar y ser cuidada. De que mis brazos sean su refugio cuando ese alguien se sienta vulnerable y de ser yo también la persona que en las madrugadas con tormenta o de pesadillas que perturban el alma, pueda tener la capacidad de que con un simple abrazo y muchos besos tranquilizar su corazón y se duerma en paz.

Quiero que su imperfección como ser humano y mis inseguridades se complementen... Quiero ser alguien capaz de regalarle risas y la ternura necesaria para diluir un día pesado de trabajo.

Muero por perderme y quedarme embobada viendo como hace sus cosas más simples y sonreír cuando contemple en silencio como duerme o se apasiona con sus cosas; al mismo tiempo, ser su contención cuando se enoje o las cosas no vayan bien.

Sé que los amores perfectos no existen, pero si algo he aprendido en estos años de equivocaciones que por dentro me moldearon, fue que las relaciones estables se construyen a base de las ganas de querer estar (día  a día)....

No sé si tal vez el amor será tomar lo que la vida te ofrece, así tal cual... Eso fue lo que yo hice, pero de verdad ya no quiero amores a medias. Al igual que yo lo espero, quiero ser cómplice y compañera de vida de un alma hermosa, de alguien que tenga la capacidad para echar raíces en mi vida y soporte anclada junto a mi alma los embates de los tiempos adversos.

Es evidente que quien he encontrado aún no está lista para eso... y eso no es malo, pues si algo tengo claro es que a cada ser humano le corresponde un espacio para evolucionar, y la velocidad con la que mi vida avanza no tiene porque estar en sincronía con la de otra persona...

Eso es lo que más deseo, aunque desconozco si es ese mi camino... Por momentos creo que no, pero hay otros en que algo en mi interior se enciende y me hace sentir, (más que creer), en que lo más maravilloso aún está pendiente por suceder....
No sé definir si eres tú, así tal cual te conozco, o si serás una oportunidad nueva que aún no ha llegado...

Son demasiadas preguntas, que por más que desespere no está en mis manos la respuesta... En este instante le quiero poner fin a este insomnio imaginando que me abrazas para que ya me duerma... Sin importar que no esté... Ojalá de verdad existas, pues estoy con ganas de echar raíces...

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